Entre el viernes 15 y el lunes 18, se realizó la 5ta. Campaña Arqueológica Entornos a Melincué. De este modo, el equipo de profesionales liderados por el antropólogo German Giordano y el arqueólogo Juan David Ávila regresó a orillas de la laguna, donde a medianos del año pasado iniciaron un trabajo que abrió las puertas de la historia profunda en nuestra región.

Inicialmente, los investigadores dieron con los restos de un fuerte virreinal ubicado en un extremo de la laguna cercano a Elortondo. Las ruinas estaban ocultas debajo de una estructura derruida donde, décadas atrás, el club Atlético tenían un quincho de verano.

Tras la reciente estadía en Melincué, Giordano aseguró a El Correo que a raíz del análisis del material encontrado en las campañas anteriores confirmaron que el fuerte se instauró en el lugar en 1.777 y se llamaba San Juan Bautista. Además precisó que fue reconstruido por los criollos en 1.822 y 1.833.

“Uno de los fechados radiocarbónicos realizados en la ciudad de La Plata nos precisó que un resto humano encontrado a mil metros del fuerte tenía 2.000 años de antigüedad. Esto nos pone muy contentos porque empezamos a confirmar la hipótesis de que la laguna fue un lugar sagrado ancestralmente”, indicó Giordano a este medio.

En este sentido, planteó que en toda “la laguna habitaron hombres y mujeres pertenecientes a la comunidad Querandí, los cuales desarrollaron su vida y su cultura durante miles de años. También en otro de los sectores, en el este, hemos hallado animales extintos en contexto en territorios humanos que nos estarían dando indicios de más años de antigüedad”.

“Actualmente esos fechados están en proceso y pronto arrojarán más resultados. Entonces, eso nos permite decir que cuando vinieron los españoles aquí, obviamente la laguna hacía miles de años que ya estaba poblada y, como te decía, desarrollando su cultura, su vida, cazando animales, recolectando, comerciando con otras etnias”, dijo del coordinador del área de Antropología y Paleontología del Museo Gallardo (Rosario), quien precisó que en la zona investigada encontraron “gran cantidad de guanacos, ciervos e indicios de ñandúes, que anduvieron por la zona y que eran cazados por los pueblos originarios”.

Cruzando información, el equipo considera que las comunidades asentadas en Melincué tenían vinculación con las que habitaban en otros ojos de agua de la región (San Eduardo), donde se encontraron restos humanos de hace 8.000 años.

Acompañamiento

Por último, cerrando la charla con El Correo, Germán Giordano agradeció el acompañamiento de vecinos, estudiantes y autoridades de la región (Melincué, Elortondo y Labordeboy). También valoró la participación de representantes actuales de pueblos originarios. Puntualmente, mencionó la “visita de Ariel Araujo, junto a diferentes referentes de la comunidad Mocoví de la región, interesados por el proyecto y también interesados en realizar trabajos conjuntos”.

La apuesta de los investigadores es que el material estudiado regrese a las distintas localidades de la región lindantes con la laguna y le permitan a los vecinos de Santa Fe al sur acercarse a la historia profunda y prácticamente desconocida del territorio donde habitan.

Por Mariano Carreras

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