Las hectáreas de maíz retroceden en los planes de siembra para la campaña 24/25 y aumenta la intención de la soja. La presencia de la chicharrita estaría marcando un cambio de tendencia, por lo que “la relación soja/gramíneas podría ser la más alta de las últimas seis campañas”, remarcaron desde la Bolsa de Comercio de Rosario.


“Por cada lote sembrado con trigo y maíz se sembrarían 1,7 de soja en 2024/25. El cambio está dado por el retroceso del maíz. Esto contrasta con la fuerte apuesta que se venía haciendo en la cual el área maicera no paraba de crecer. De hecho, en este ciclo, la siembra subió mucho más que lo pensado; un 30 % con 1,94 millones de hectáreas sembradas”, expresa el último informe de la BCR.

“Las primeras encuestas reflejan un descuento de 300.000 hectáreas a en el ciclo 2024/25; lo que estipula una disminución interanual del 15 %. “Más allá de que el trigo, con un 15 % de aumento, modera el impacto, las gramíneas (trigo y maíz) caen durante esta campaña. Y la soja de primera en los primeros sondeos muestra una suba del 7 %, aunque no se descarta que termine siendo mayor el pasaje a la oleginosa”, remarcan desde la entidad.

Esta escenario implica plantearse si la presencia de la chicharrita marcaría un punto de inflexión. A modo de ejemplo, la BCR planteó que Ingenieros que trabajan en la región núcleo y en el norte del país advierten: “en Chaco, en este momento, hay chicharrita activa poniendo huevos y esto puede repercutir en setiembre”.

De acuerdo al último relevamiento de la BCR, el maíz tardío está casi descartado y el temprano reduce hectaraje. Por ejemplo, en la zona del centro sur de la provincia de Santa Fe, la superficie de maíz tardío caerá por completo y para el temprano se estima una reducción del 30 %. Para el sur santafesino, los números indican que no hay intenciones de hacer maíz tardío y con respecto al maíz temprano se estima una reducción del 20 %.

Por el contrario, las primeras estimaciones para la soja de primera marcan un ascenso en la intención de siembra del 7 %. “El año pasado se implantaron 4,56 millones de hectáreas. Este año, gran parte del hectareaje que libera el maíz pasaría a sembrarse con soja de primera. Y se señala que la superficie con la oleaginosa podría crecer aun más si continuan los recortes” informaron desde la Bolsa de Comercio de Rosario.

Con respecto a la campaña fina 24/25, los técnicos observan que comienza a faltar humedad en la cama de siembra. “Mayo, mes clave para terminar de recargar los perfiles, decepcionó. Las medias mensuales de dicho mes estuvieron entre un 10 y un 30 % por debajo del promedio histórico. A este déficit se le sumó un junio que, hasta el momento, no aportó agua a la región, lo que está provocando que empiecen a aparecer problemas de falta de agua en superficie”, especificaron desde la BCR.


“En lotes mal rotados las labores de siembra comienzan a frenarse a la espera de lluvias. Los niveles de reservas hídricas en profundidad siguen siendo buenos, pero el trigo necesita un pequeño pulso hídrico para materializar la siembra restante intencionada”, concluye el informe.