Con el acceso desmedido que tenemos a la información, el desafío de formar opiniones propiasse vuelve inmenso. En relación al calentamiento global, nos enfrentamos a un tema complejo que en ocasiones divide opiniones: ¿Es el cambio climático un fenómeno causado principalmente por la actividad humana? ¿O simplemente es parte de un ciclo natural de la Tierra? En los próximos párrafos intentaré discutir herramientas que nos lleven a formarnos una opinión para responder estas preguntas. 

Para la mayoría de nosotros, la tarea de encontrar una opinión propia puede parecer abrumadora. No podemos llevar a cabo nuestros propios experimentos y, en última instancia, debemos confiar en lo que nos cuentan. Teniendo esto en cuenta, pienso que es equivocado tomar una posición categórica respecto al cambio climático y proclamarla como verdad absoluta. Para la mayoría de nosotros, que no somos expertos en la materia, es igualmente erróneo decir “el cambio climático es simplemente un ciclo natural” que afirmar  “el calentamiento global es debido a la actividad humana”. Al hacerlo, simplemente repetimos lo que nos dijeron otros, sin verdadero entendimiento. Más aún, después defenderemos nuestra postura cueste lo que cueste y a pesar de las evidencias que nos pongan en contra. Debemos recordar que, como ciudadanos de a pie, no tenemos el conocimiento ni los recursos para llevar a cabo investigaciones a gran escala y determinar por nuestra cuenta si el calentamiento global es o no causado por la actividad humana.

Entonces, ¿qué debemos hacer al respecto? ¿Simplemente decir “no sé” y continuar como si nada? Bueno, una muy buena aproximación que creo conveniente a la hora de tomar una postura consiste en mirar cuál es el paradigma actual respaldado por los científicos en conjunto. El término paradigma representa el consenso mayormente aceptado de la comunidad científica en un momento dado. En otras palabras, informarnos acerca de cuál es el paradigma actual en un determinado tema nos lleva a ver qué es lo que creen los científicos como verdadero. 

No obstante, también debemos estar abiertos a nuevas evidencias. La historia nos muestra que incluso la comunidad científica ha sostenido creencias equivocadas en el pasado, como por ejemplo la idea de que la Tierra es el centro del universo. Lo interesante aquí es que hoy en día, todos “sabemos” que no es así simplemente porque confiamos en la información que nos proveen los científicos actuales, a pesar de que desde nuestra perspectiva todo luce como si estuviéramos realmente en el centro del universo.

En ese sentido, pienso que formar nuestra opinión a partir de mirar cuál es el  paradigma actual nos brinda una guía valiosa, porque al seguirlos, estamos dando voz y poder a los científicos, cuyo trabajo riguroso y análisis minucioso aportan credibilidad a la información que recibimos. Es cierto que la información a partir del paradigma podría ser una mentira total, estar equivocada o estar tergiversada según intereses ajenos. Pero también es cierto que la información contraria al paradigma puede caer en esas mismas trampas. Y como nosotros no sabemos acerca del tema, pero lo que sí sabemos es que las publicaciones científicas están revisadas por pares y sometidas a revisión constante, lo más sabio y humilde sería darle nuestra credibilidad al grueso de la comunidad científica. A menos, obviamente, que tengamos las herramientas metodológicas propias para contradecirlo. 

Ahora bien: ¿Cuál es el paradigma actual respecto al cambio climático? Si bien hay científicos que discrepan de esta postura, el paradigma es contundente: la enorme mayoría de los científicos proclama que el hombre contribuye negativamente a acelerar el cambio climático. Esta es la perspectiva predominante respaldada por una gran cantidad de evidencia científica. En ese sentido, pienso que negar públicamente la influencia humana sobre el cambio climático es una irresponsabilidad que no se debería pasar por alto, sobre todo si quien lo dice no tiene formación científica y como consecuencia eligió creer en la escasa evidencia que provee la minoría de los científicos y desestimar la apabullante cantidad de pruebas que aporta la gran mayoría. 

Una vez aceptada nuestra influencia sobre el calentamiento global, es bien sabido qué debemos hacer para desacelerarlo: cambiar profundamente nuestros hábitos de consumo. Esto es obviamente una mala noticia, ya que nadie quiere consumir menos, y todo lo relacionado con el cuidado del medio ambiente cuesta esfuerzo. Por ejemplo, separar y compactar la basura es más demandante que simplemente tirar todo en un solo lugar. Además, es un esfuerzo difícil de sostener, principalmente porque no vemos los resultados en el corto plazo. Y más aún: no hacemos el esfuerzo para estar mejor, sino para no estar peor en el futuro. Evidentemente, es un compromiso que debemos asumir como mínimo para cultivar esta mentalidad en las generaciones venideras, antes de que pasemos el punto de no retorno y sea demasiado tarde.

Por Bernardo Bazet Lyonnet
(Lic. en Biotecnología)

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