Durante 2024 ya transitamos varios días con heladas, algunos más intensos que otros, pero este fenómeno llegó antes del invierno, se registraron durante el otoño. ¿Sabés cómo se forman estos eventos y cuáles son sus denominaciones de acuerdo a su origen? En este informe, elaborado por el Servicio Meteorológico Nacional, vamos a conocer más detalles sobre las heladas y cómo es el proceso de formación y medición.

“Meteorológicamente hablando, la helada se determina cuando la temperatura del aire desciende por debajo de los 0° C. Se produce por el enfriamiento del aire, provocado por la pérdida de energía de la superficie terrestre durante la noche”.

Las heladas “llegan durante la noche, son silenciosas y producen un brillo sutil sobre las superficies. Algunas veces están acompañadas por la formación de finas capas de hielo, pero otras veces, el único indicio de su paso es la coloración que adquiere la vegetación”, describe la publicación del SMN. A la vez, a modo de ejemplo plantea realizar una especie de encuesta y pedir que se enumeren fenómenos adversos, “es muy probable que las heladas no se encuentren entre sus respuestas. Sin embargo, año a año, las heladas dañan entre un 5 y un 15 % la producción mundial anual, y se invierten millones de dólares en mecanismos para la protección de este fenómeno”, remarca la publicación.

“En las estaciones meteorológicas se colocan dos termómetros, uno dentro del abrigo (a 1,5 metros de altura) y otro a pocos centímetros del suelo. La temperatura del aire muy cerca del suelo puede ser, por varios grados, inferior a la registrada en el abrigo meteorológico, y es por eso que se suele hacer una distinción entre las heladas meteorológicas y las heladas agronómicas. En las primeras, la temperatura del aire se obtiene con el termómetro del abrigo, mientras que las segundas, se miden con el termómetro que está cerca del suelo”.

Además de la distinción entre meteorológicas y agronómicas, este fenómeno también se clasifica por su origen.

•Heladas radiativas:

Son las más comunes. Ocurren en noches despejadas y sin viento. Bajo estas condiciones, el suelo pierde energía y se enfría rápidamente, disminuyendo la temperatura del aire que está sobre él. En ausencia de viento, el aire no se mezcla, y como consecuencia las capas de aire que están cerca del suelo serán más frías que las superiores, y esto favorece el desarrollo de las heladas. Además del viento, hay diversos factores que influyen en la aparición y conservación de las heladas, como el tipo de suelo, la cobertura vegetal y el relieve. Las largas noches de invierno también ayudan al descenso de temperatura, ya que el suelo pasa más tiempo perdiendo energía.

•Heladas advectivas:

Están asociadas a ingresos a gran escala de aire frío, que en general ya tiene temperaturas inferiores a 0°C. Se caracterizan por la presencia de viento, afectan áreas extensas y, a diferencia de las radiativas, la nubosidad no tiene gran influencia. Estas heladas pueden durar muchas horas e incluso continuar durante gran parte del día. Es frecuente observar este tipo de heladas durante el invierno, en la patagonia.

•Heladas evaporativas:

Es poco frecuente y se dan en situaciones particulares. Ocurren luego de un evento de lluvias originadas por el pasaje de un frente frío. En este caso, se presentan dos mecanismos que provocan enfriamiento: cambios en la masa de aire y evaporación. Luego del frente, ingresa aire mucho más frío, así que las temperaturas comienzan a bajar. Este descenso se ve reforzado por la evaporación de las gotas de la lluvia, ya que al pasar de estado líquido al gaseoso se requiere energía que se obtendrá a costa de quitarle calor al aire.

Por otro lado, para el sector del agro también existen otras denominaciones, que quizás son más familiares, como la llamada helada blanca y helada negra.

•Helada blanca:

Forma escarcha blanca sobre las superficies y las hojas. Ocurre cuando el aire es húmedo, y con el descenso nocturno de temperatura, el vapor de agua condensa (sin pasar por el estado líquido) formando pequeñas estructuras de hielo que se deposita en todas las superficies. Al contrario de lo que mucha gente cree, la escarcha funciona como protección al frío extremo. El hielo aísla a la planta de las bajas temperaturas y no se congela, de la misma manera que los esquimales se refugian del implacable clima helado dentro del iglú.

•Heladas negras:

Son mucho más peligrosas para los cultivos y reciben este nombre por la coloración de las hojas luego de ser afectadas por este fenómeno. Se produce cuando el aire tiene muy poca humedad y no se observa la formación de hielo. Entonces el frío afecta directamente a las plantas congelando los líquidos que están dentro de ella, dañando a las células. Luego de unos días, los tejidos afectados de la planta adquieren una coloración negra debido a su destrucción.

Fuente: Servicio Meteorológico Nacional



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