La edición anterior hablamos del inicio de la IA y como sus múltiples aplicaciones se visualizan en materia militar, internacional y hasta la vida diaria, con el uso de teléfonos y los vehículos autónomos que desafían el transporte público tal cual lo conocemos. En ese sentido, podemos decir nuestro país no queda fuera del desarrollo ella. En la Argentina, la industria del agro implementa sistemas autónomos en la maquinaria de trabajo de siembra, cosecha, ordeñe, control de pasturas y ganado. la IA tiene la capacidad de reducir el margen de error humano – ya que aprende -, y puede trabajar muchas horas.
En tanto el Estado Nacional como los estados Subnacionales, implementan chats bots de atención ciudadana que guían a la persona, y a partir una interacción dirige a la persona hacia la resolución de su tema, o al menos le señala con quien y en que horario debe hablarlo, en fin, nos ahorra tiempo, y vuelve el día a día, más eficiente.
A su vez sabemos que la provincia de Santa Fe, desde hace algunos años viene implementando herramientas en ámbitos de la seguridad, por ejemplo, sistema de control vehicular con lectura de patentes, y sistemas de video vigilancia con alertas de merodeo, foto multas, reconocimiento facial, violación de perímetros, entre algunas.
Como pudimos ver hasta acá, la IA avanza a pasos agigantados, expandiendo sus capacidades en diversos campos y revolucionando industrias enteras. Las IA están siendo utilizadas para beneficiar intereses de las personas humanas que las ponen en funciones, estas tecnologías generan un aporte significativo para disfrutar de una mayor eficiencia en todos los ámbitos de la vida, sin embargo, también se abren interrogantes.
Antes de abordar estos debates te propongo que sepas y tengas en claro esto, primero, somos parte de un momento en la historia en la que brindamos un sinnúmero de datos, gracias a los dispositivos inteligentes que usamos, y en base a estos datos las IA aprenden y toman decisiones. A su vez también debemos ser conscientes que las nuevas tecnologías modificaron y continúan modificando de manera considerable nuestros comportamientos y las formas en que nos relacionamos con otros seres biológicos.
En ese sentido, los debates para abordar están anclados en los valores éticos y sociales asociados con la IA, como la privacidad de datos, la discriminación algorítmica (sesgo algorítmico), el desplazamiento laboral y como se distribuirá la riqueza generada por IA, la seguridad cibernética, la transparencia y la rendición de cuentas, y el control humano sobre la tecnología, entre algunos.
En muchos países hay una creciente toma de conciencia acerca del enorme potencial que tiene la aplicación de esta tecnología en el sector público para mejorar tanto sus procesos internos como la forma en la que el Gobierno interactúa con la población y le presta servicios.
La comunidad internacional está llevando desde hace algunos años, el debate de como emplear y a su vez regular y crear marcos jurídicos que permitan el desarrollo de estas inteligencias en beneficio de la comunidad, pero a su vez debe resguardar los derechos que como humanos tenemos. la Unión Europea y la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), han elaborado directrices y principios para la ética en la IA. La Unión Europea consensuó y aprobó a principios de marzo una ley destinada a regular la inteligencia artificial que se conoce a nivel mundial. Su regulación busca reducir la incertidumbre con respecto a los enormes riesgos en términos de sesgos y decisiones erróneas o maliciosas en sistemas automatizados, pérdida de fuentes laborales, su utilización para fines delictivos, en campañas de desinformación, guerras, etc.
Por su parte, Estados Unidos ya cuenta con leyes y regulaciones que abarcan aspectos relacionados con la IA. Por ejemplo, existen leyes de privacidad y protección de datos, que son especialmente relevantes cuando se trata de la recopilación y el uso de datos en sistemas de IA.
En América Latina, países como Perú, Colombia, Brasil y México ya han empezado discusiones al respecto y han adherido a estándares ya existentes o incluso han aprobado legislaciones específicas sobre el tema. Esto se da en el marco de una digitalización sin tregua que toma cada vez más y más despegue.
De vuelta en nuestro país, en la Cámara de Diputados de la Nación Argentina, actualmente existen más de 40 proyectos de ley que buscan establecer el marco legal para la investigación, desarrollo, uso y regulación de la Inteligencia Artificial, con el fin de garantizar la protección de los derechos humanos, la privacidad y la seguridad de los ciudadanos, fomentando la transparencia, la ética y la responsabilidad en su aplicación. A su vez, La Subsecretaría de Tecnologías de la Información aprobó durante el 2023, las “Recomendaciones para una Inteligencia Artificial Fiable”. Con estas iniciativas, el Estado se ve empujado a garantizar el desarrollo responsable y beneficioso de la IA.
Por último, el avance actual de las IA se encuentra atado a la capacidad de las computadoras de procesar información, sin embargo, el futuro es hoy, y estamos en este viaje hacia lo desconocido. La IA será positiva en tanto y en cuando sepamos que limites establecer, esto que requerirá un enfoque cuidadoso y reflexivo para mitigar posibles riesgos y garantizar un uso responsable de las tecnologías.
Por Franco Vitterbo
(Licenciado en Ciencias Políticas)