El martes por la noche tuve un evento de salud que hizo que tuviera que requerir asistencia médica inmediata. A las dos de la mañana fui a la Farmacia de Turno a buscar una medicación, y Daniel Galli, a la sazón el farmacéutico de turno, al ver el cuadro sintomático, me recomendó ir al Hospital, que queda a pocas cuadras de mi casa.
Con esto voy al meollo de mi nota: al llegar al lugar, tanto la enfermera como la médica de guardia, me prestaron una atención excepcional. Remarco esto, en momentos en que una oleada de irracionalidad, propagada desde las altas esferas del poder de turno, intenta arrasar con todo lo que tenga que ver con la salud, la educación y la universidad pública.


Un país se desarrolla desde la articulación de lo privado y lo público, no con absurdos maniqueísmos. Prueba de eso fue lo que me ocurrió anoche. Un farmacéutico responsable, que podría haberme dado una medicación costosa y ganar dinero, ante la complejidad del cuadro, me recomendó ir al hospital, donde fui atendido de maravillas. ¡Así se debe trabajar, teniendo como principal objetivo la salud de la población y no el dinero!
Muchas gracias querido Hospital de Firmat, y a seguir trabajando así por el bienestar de nuestra población.


Por Gustavo Battistoni
(Historiador y escritor firmatense)









