El 19 de noviembre de 2015, Firmat se estremeció con el doble crimen de Mario D´Angelo y Graciela Picech. Ambos fueron encontrados sin vida en su vivienda de barrio Carlos Casado tras ser atacados con un arma blanca. Del lugar no se llevaron ningún elemento de valor.
Ocho años después del hecho (2023), el equipo de trabajo coordinado por el fiscal Matías Merlo, que desde el primer día investigó la causa, logró dar con un sospechoso y comprender el móvil de los asesinatos.
Este jueves, en diálogo con El Correo, la fiscal de Firmat, Vanina Servidio Pozzi, confirmó a El Correo que el juicio contra el acusado de haber matado a sangre fría a Mario y Graciela se realizará en los Tribunales de Melincué durante el primer trimestre de 2025 y estará a cargo de tres magistrados.
Inicialmente iba a concretarse el 2 diciembre de este año pero decidieron reprogramarlo para el año próximo. “Cerca de fin de año nos van a notificar de la fecha exacta”, dijo la Fiscal firmatense que será la encargada de presentar las pruebas contra el acusado.
La Dra. Servidio Pozzi recordó que el imputado está detenido (en prisión preventiva) desde mayo de 2023. “Ya se han hecho todas las pericias que la Fiscalía necesitaba para llevarlo a juicio, poder acusarlo y llevar un poco de alivio a las familias de las víctimas”, reflexionó.
El ADN
A poco tiempo de iniciada la investigación, el fiscal Merlo informó que tenían una muestra de ADN del criminal. Sin embargo, pasaron ocho años hasta que los investigadores lograron dar con la persona compatible con el material genético.
Según el estudio realizado en 2023, el hombre que permanece detenido es 99, 99% compatible con los restos encontrados en 2015 y esa es la prueba más contundente que tiene el Ministerio Público de la Acusación para acusar al hombre de 52 años, que es el ex marido de una mujer que vendía bijouterie para Mario y Graciela.
Al parecer, cuando sucedieron los hechos, la pareja firmatense estaba asistiendo a la mujer para poder separarse de este sujeto, el cual tenía conductas violentas en su entorno familiar más intimo. Esa acción solidaria fue la sentencia a muerte.
El matador conocía a las dos víctimas y por ese motivo la noche del 18 de noviembre, sin imaginar lo que sucedería instantes después, Mario le abrió la puerta de su casa.
Por Mariano Carreras