La gran final de la elección de Miss Argentina para Miss Belleza Internacional 1964 se llevo a cabo el 25 de julio en el programa Sábados Circulares, que emitía Canal 13, y era conducido por Nicolás Pipo Mancera.

El concurso estaba auspiciado por Max Factor, Editorial Haynes, Mallas Mouette, la gaseosa Crush y la revista Radiolandia. La ganadora fue la firmatense Viviana Rosa Dellavedova, quien por entonces tenía 19 años y había sido electa como Miss Santa Fe.

En 1968, la firmantense obtuvo un reconocimiento internacional: Miss Fotogénica. Viviana realizó avisos publicitarios para marcas muy importantes de distintos países y finalmente se radicó en México, donde se casó con un empresario muy importante de ese país: Enrique Corcuera.

Junto a su marido, la firmatense creó el padel tal cual como lo conocemos en Argentina. A lo largo de su vida, conoció a grandes personalidades de Argentina y del mundo como Arturo Illia, Charles de Gaulle, Frank Sinatra, Carlos Fuentes, Octavio Paz y Henry Kissinger, entre tantos otros.
Huésped de Honor
En septiembre de 2018, en unas de sus últimas visitas a la ciudad, Viviana Dellavedova, fue declarada Huesped de Honor por la gestión de Maximino. Cabe mencionar que suele venir a la ciudad, al menos una vez al año, según comentó a El Correo, en una entrevista cedida también ese año.

Sin ir más lejos, en enero de 2023, también estuvo en la ciudad, donde estuvo de visitas en el Firmat Foot Ball Club, y fue recibida por las autoridades de la institución local.

Entrevista de archivo
En 2018, buscando ahondar más en profundidad en su carrera, El Correo conversó con Viviana. Allí, se refirió a su ciudad natal y su historia de vida. Aquí, revivimos parte de la entrevista realizada por Mariano Carreras años atrás:
– M.R:¿Cada cuánto vuelve a Firmat y qué la moviliza a volver?
-V.D.: Vengo una vez al año a la Argentina porque me trae el amor a por mi patria y el recuerdo maravilloso que tengo de haber vivido una niñez inmensamente feliz en Firmat. Ver cómo ha progresado la ciudad me da muchísimo gusto. Tengo el placer de cada año que vengo de ver a todos mis amigos, compañeros del bachillerato, ver a mis primos hermanos, mis primos con sus familias. Me siento muy feliz con ellos, me siento identificada con ellos. Me gusta mucho platicar con ellos y nos ayudamos mutuamente en los momentos de felicidad y en los momentos difíciles estamos siempre juntos.

-Cuando uno observa desde afuera su vida tiene la sensación de que fue algo así como una película. ¿Usted lo ve así?
-No, para nada. Yo siento que tuve la posibilidad y la suerte de ser una mujer que tenía la capacidad, la fuerza y el deseo de ser un ser humano mejor en todo sentido: físicamente, espiritualmente, económicamente y culturalmente. Por lo tanto hice todo lo que pude para llegar. La persona que no sabe a qué puerto quiere llegar no va a ser nada en la vida. Yo quise ser una persona mejor y lo he logrado.
-Cuando uno hurga un poco en su vida se encuentra con una mujer que siempre estuvo proponiéndose nuevos desafíos, nuevas metas. ¿Es eso lo que te mantiene vital, activa?
-Siento que es el carácter de cada ser humano. Yo soy una persona muy positiva y siempre he pensado que si tú piensas que las cosas te van a salir bien, que no te vas a enfermar, que no te va a dar tristeza y que no te va a pasar nada malo y si sabes rezar como me enseñó mi abuela creo que eso es bueno, es mejor que el psicoanálisis. Eso se llama tener fe y ha sido lo que me ha ayudado toda la vida.

-Ha tenido la oportunidad de estar cerca de presidentes y líderes del mundo. ¿Qué le dejó esa experiencia?
-Me dejó la felicidad de haber conocido a grandes personajes del mundo. Al primer presidente que conocí y por quien tuve un inmenso afecto fue Arturo Illia y su esposa doña Silvia Martorel de Illia. En el año 64 conocí a su hijo menor, Leandro Illia y tuvimos un noviazgo de un año. Esa relación y haber sido ese año Miss Argentina me llevó a tener muchos amigos que hoy conservo, como Fernando de la Rua y su mujer Inés. Una Miss Argentina aprende mucho de maquillaje, de caminar, de mantener su silueta, aprende a expresarse mejor. Cuando lo conocí a Leandro ya dominada todo eso. En Buenos Aires había una casa de alta costura que se llamaba Madame Alice que nos vestía a todas para los desfiles y después si tenías un gran evento nos prestaban los vestidos porque le hacíamos propaganda. Tuve la suerte de ir con él a muchos eventos. Aprendí mucho con ellos y tuve la suerte de convivir con ellos en la residencia de Olivos y conocer a mucha gente importante. Allí conocí a Charles de Gaulle (Francia), al presidente Frei de Chile. Eso fue durante el año que estuve novia con Leandro.

-¿Cómo se dio su llegada a México?
-Siendo Miss Argentina y siendo Miss Latinoamérica y siendo segunda reina del Pacífico en Australia fui a México con la señora Bibi Echeto de Sueldo Piñeiro que era una de las dueñas de Naicó Propaganda y empecé a hacer una gran cantidad de cortos publicitarios que en aquella época se pasaban en el cine y ganaba muchísimo dinero. Además, desfilaba, por eso tenía un contacto muy bueno para vestirme de maravillas. Nos prestaban los vestidos todas las grandes modistas porque de esa manera ellas también se hacían propaganda. En ese tiempo tuve la oportunidad de conocer a Enrique Corcuera, mi esposo. En 1969 me casé. Él era el hombre soltero más codiciado de México, tenía ingenios azucareros y cadenas de hoteles. Se enamoró de mí y nos casamos, y nos vinimos de luna de miel aquí porque mis padres estaban un poco tristes de que yo me casara con un señor que tenía la edad de mi padre, pero luego resultó ser que mi papá y mi mamá se hicieron muy amigos de mi marido y se llevaban de maravilla. Tuvimos tres hijos divinos: Luis, Viviana y Enrique. Ahora estoy encantada de tener un montón de nietos.

Redacción/Fuente: El Correo
(Cooperativa de Trabajo desde 2017)