La situación de Valentino Cevilán, un niño de Firmat diagnosticado con Polimicrogiria, y epilepsia refractaria, se complejizó en los últimos meses. Su madre, Erica Gallo, compartió un desgarrador testimonio sobre el retroceso en la salud de su hijo, que lo llevó a volver a usar la sillita, y el agotamiento físico y emocional por una asistencia que no llega.
Erica Gallo confirmó que la principal traba es la falta de autorización de la dieta cetogénica, un protocolo nutricional clave para el control de crisis epilépticas graves. “No se nos autorizó dieta cetogénica, así que Vale parte del tratamiento no lo va a estar cumpliendo”, declaró Gallo, subrayando que la falta de este recurso se da en un momento de grave retroceso en la salud de su hijo. La madre explicó que Valentino “hizo un retroceso de nuevo, está con muchas crisis epilépticas y volvió a usar la sillita,” señalando el deterioro funcional del niño firmatense de 8 años.

Erica y Valentino viajarán al Hospital Garrahan en el inicio de la próxima semana para una evaluación con neurólogos y neurocirujanos, donde también insistirá formalmente sobre la urgencia de la dieta.

El viaje expone una situación delicada no solo de salud, sino financiera. Aunque el niño es atendido en el Hospital Provincial de Rosario tras perder la obra social, y se gestionó un lugar en la Casa de Santa Fe en CABA, los gastos diarios de traslado, que dependen de taxis por largas distancias, y la manutención especial son “terribles”. Gallo manifestó su frustración por la falta de concreción de la asistencia prometida: “Han prometido ayuda y hasta ahora no concretaron nada.”


La madre exige una respuesta inmediata de las áreas gubernamentales para autorizar sin demoras la dieta cetogénica y los medicamentos pendientes, además de asegurar una asistencia económica para solventar los gastos de traslados y manutención en Buenos Aires. A esto se suma la lenta gestión de la pensión por discapacidad de Valentino, cuya aprobación se estima recién para “enero o febrero”.
“Queremos que Vale sea tratado como corresponde,” concluyó Gallo, a la espera de que el caso de Valentino Cevilán no quede “en el silencio” de las oficinas públicas y pueda detener el avance de sus crisis.


Por Manuel Carreras








