En su hermoso libro Tradiciones y Recuerdos Históricos, Ramón J. Lassaga evoca la figura de uno de los santafesinos más importantes de la primera mitad del siglo diecinueve:”Es el doctor Juan Francisco Seguí, padre del que fue secretario del General D. Justo José de Urquiza, una figura histórica mal estudiada y poco comprendida todavía”. Y agrega:” Fue un republicano federal en política. La autonomía de Santa Fe era su único ideal”.

Nació en Santa Fe en 1774, falleciendo en la misma ciudad en 1834. Estudió Derecho en Charcas donde participó activamente en el movimiento revolucionario de 1809, finalizando sus estudios en la Real Audiencia. Participó del Cabildo Abierto del 22 de Mayo, votando a favor de que la Junta Revolucionaria asuma el poder. Al poco tiempo vuelve a su terruño natal, defendiendo la autonomía provincial y entrevistándose con José Gervasio Artigas. Proclama a Francisco Luis Candioti como primer gobernador, y asume la responsabilidad de firmar los tratados de paz con el Directorio que nos dieron independencia plena.

Apoyó la llegada de Estanislao López a la gobernación y dejó su legado inmarcesible para la historia del federalismo, redactando la primera Constitución Federal del Río de la Plata. El 26 de agosto de 1819, el nuevo gobernador presentó un proyecto de Constitución que era la más notable afirmación de fe republicana y federal que se había visto desde 1810. En sus propias palabras: “Queremos formar una república en el corto seno de nuestro territorio”, y continuaba: “Queriendo evitar los golpes de la arbitrariedad nos hemos reconcentrado a nuestro suelo, fijando en él los resortes de nuestra suerte y el sostén de nuestra libertad. Mantendremos nuestro estado y en el fenecimiento de nuestra guerra civil, entraremos a formar parte de esa gran nación que esperan ambos mundos”. Santa Fe entraba a la historia por la puerta grande de la soberanía del pueblo y la independencia de cualquier poder local o extranjero.

Dice el gran historiador José Luis Busaniche al respecto: “Nada de monarcas importados de las cortes ni de centralismos despóticos, simples remedos de los estados monárquicos con un frágil barniz democrático. Lo que propiciaban las instrucciones de Artigas y las instrucciones del cabildo de Tucumán, lo que sentaban los oficios del gobierno de Santa fe en 1817. En la historia constitucional del país, la contribución de Santa Fe en aquella época, al sistema federal, por cierto no menos importante que las Instrucciones de Artigas al año 13. Aquellos contenían enunciados. La Constitución de 1819 afirmaciones: la afirmación de formar un estado republicano dentro de la ley y de fijar un sistema a la posteridad. Hay que considerar que era la primera provincia que se daba una constitución; que no había en el mundo otra república que los Estados Unidos”.

En medio de una terrible crisis, que suele ser la excusa para los gobiernos de excepción, nuestro Caudillo Constitucionalista, asesorado por Juan Francisco Seguí, abogaba por el imperio de la ley y el respeto de los derechos de los ciudadanos.

¿Cuáles eran los puntos fundamentales del Estatuto Provisorio de 1819? En su artículo 2, sostenía: “Todo americano es ciudadano (de Santa Fe)”, una declaración que se adelanta dos siglos al actual anhelo, aun no materializado, de constituir una Patria Grande que termine con la actual división que es base de la dependencia a la que somos sometidos. El artículo 6, reconoce la soberanía del pueblo, en un momento donde Belgrano y San Martín se mostraban partidarios de una monarquía Incaica: “Residiendo originariamente la soberanía en el pueblo este expedirá su voz por el órgano de representación”. El artículo 13 también manifiesta la vocación continental:” En la recepción del gobernante deberá este prestar ante la asamblea y en manos de su presidente, el juramento siguiente:…defenderé la causa general que defiende la América del Sur y la independencia de la Provincia…”.

El Estatuto fue aprobado por la Junta de Representantes, reafirmando el principio de solidaridad americana, tanto es así que Manuel Dorrego dirá en un oficio al gobierno de Buenos Aires, que Estanislao López pone en sus comunicaciones “Confederación de Sud América”. El Patriarca de la Federación refrendó lo que su Constitucionalista escribió con meridiana claridad.

Al poco tiempo, disconforme con el Armisticio de San Lorenzo que buscaba descomprimir la tensión con el Directorio para que José de San Martín continuara con su campaña liberadora de América, se rebeló contra el Gobernador, junto a Luis Manuel Aldao y Cosme Maciel. López, con su bonhomía habitual, lo perdonó, volviendo a ser el gran jurista, nuevamente, parte del gobierno de la provincia como ministro. Es importantísima su actuación en los pactos federarles y en particular en el pacto con el Cabildo de Montevideo de 1823, que buscaba expulsar a los invasores lusitanos de la Banda Oriental. Fue, también, diputado a la Convención Nacional de 1828.

Para finalizar, podemos decir, que además de hombre de Estado fue un poeta de singular gracejo, ciudadano de poner el cuerpo en los combates por la libertad de su provincia, y se recuerda su inolvidable frase en medio de una feroz batalla:”Al que le falte coraje: yo vendo”. Es otro de los grandes santafesinos olvidados por sus contemporáneos.

Por Gustavo Battistoni
(Historiador y escritor firmatense)

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