La profesión y búsqueda de nuevos horizontes llevó a Rosario Expósito, una joven odontóloga firmatense, a Nueva Zelanda. En ese camino y nueva experiencia de vida lejos de casa, entre su labor y adaptación al lugar, apareció curiosamente el fútbol.
Con 28 años, -si bien había practicado deportes en equipo como hockey en el Firmat Foot Ball Club en su adolescencia no había demasiados antecedentes previos-, se abrió una puerta impensada a través del deporte que le cambiaría su cotidianidad y ayudaría a la adaptación en Waiheke, una isla que se encuentra en cercanías de Auckland, una de las ciudades más importantes del país oceánico.
Rosario estaba realizando un trámite bancario, y casualmente dio con uno de los entrenadores de Waiheke United AFC. Allí recibió la invitación, y no dudó. Se animó, y casi instantáneamente se sumó al equipo de fútbol femenino que compite en la segunda división de la Liga NRF (Northen Region Football) donde este año finalizaron en el tercer lugar.
Buscando ahondar más en profundidad sobre su curiosa historia, en comunicación con El Correo, Expósito brindó detalles sobre su experiencia deportiva en Nueva Zelanda, la vida social del club y el intercambio cultural que se da en un equipo que cuenta con chicas de distintas partes del mundo.
“Tengo unos 20 minutos hasta que llego al predio del club, y muchas veces voy pensando sobre dónde estoy, qué estoy haciendo acá, siento que es como la fusión perfecta entre Nueva Zelanda y Argentina”, contextualizó, y confesó: “Llego a entrenar y me olvido de todo, es algo que no me lo hubiese imaginado nunca y la verdad que tiene su cuota de locura”.
El fútbol como puente
Lejos de manifestar que su llegada a una cultura totalmente distinta fue sencilla, Rosario valoró la oportunidad que se le presentó, no solo como un lugar de recreación y distención, sino como espacio de vinculación y adaptación a un país con costumbres totalmente diferentes a las argentinas.
“El proceso de emigrar no es fácil, es muy difícil. Siento que la gente por ahí ve muchas cosas increíbles en Instagram y redes sociales, porque a mí también me pasó. Pero también tiene una realidad y una parte de duelar el país de uno e integrarse a una nueva cultura que tiene sus cosas, sobre todo cuando hay otro idioma de por medio, que en este caso es el inglés”, analizó.
Cuando apareció la chance de sumarse al equipo, más allá su profesión en un consultorio odontológico como asistente dental, Rosario vio una oportunidad manifiesta para transitar de una mejor manera ese proceso. “Me pareció una buena oportunidad para conocer gente, estaba recién llegada, hacía un mes, dos, que había llegado, me pareció brillante, me encantó y me motivó mucho”, aseguró Expósito, que lógicamente también traía con ella, un vínculo especial con los deportes, que fue determinante a la hora de dar el paso.
“La verdad que la posibilidad de sumarme al grupo fue una mera coincidencia. En realidad, de por sí es una isla que tiene una gran comunidad latina sobre todo argentina, somos muchos. El equipo masculino de fútbol está integrado 90% por latinos, incluso pienso que muchos argentinos, habló de mi país y de mi cultura, se quedan establecidos acá mucho tiempo, precisamente por eso”, comentó.
“Siento que es algo como que les da un motivo por decirlo de algún modo, es como algo de casa, algo de Argentina del otro lado del mundo, que te hace sentir que no estás afuera. Ir los fines de semana a la cancha, tiene un vínculo fuerte con nuestra cultura, no te das cuenta que estás en otro país”, reflexionó Rosario.
Intercambio cultural
Quickcats United, como se llama el equipo femenino que tiene como protagonista a la firmatense, cuenta con jugadoras de distintas partes del mundo, que hacen aún más enriquecedora la experiencia. Rosario tiene compañeras latinas, estadounidenses, alemanas, y lógicamente, kiwis, como se conocen a los habitantes neozelandeses.
“Tenemos varias compañeras adolescentes, digamos, y la verdad que a ellas les encanta nuestra cultura, la cultura latina. Como que se mimetizan, muchas aprenden a decir cosas en español y es muy divertido, toman fernet (risas). Ahora, una chica kiwi está vendiendo alfajores, por ejemplo (risas). La verdad que el intercambio cultural es muy lindo, y sobre todo lo que se vive en el club está muy bueno”, relató la joven odontóloga firmatense, radicada en Nueva Zelanda.
“La verdad no había tenido otra experiencia así de intercambio en cuanto al deporte. Obviamente que todas las clases son en inglés, o sea mitad y mitad en realidad. Se genera algo especial con el idioma. También la comunicación entre nosotras adentro de la cancha o el ejercicio de integrar los dos idiomas, es muy curioso”, comentó, y destacó, que si bien, lógicamente el idioma que predomina es el inglés: “Ellas aprendieron algunas expresiones nuestras y nosotras aprendimos expresiones de ellas, entonces es como que usamos todas”.
Por otro lado, Expósito puso en valor y destacó el grupo humano, tanto a sus compañeras como el rol que ocupa el cuerpo técnico: “La verdad que desde el primer minuto que entré me sentí muy abrazada, todas muy buena onda humanamente, unos valores hermosos”.
“Disfruto mucho jugar y ser parte del equipo. La verdad que para alguien que llega de afuera y que te reciban así, es como te dije antes, es un poquito de casa, es algo increíble. La verdad que es mucha energía puesta ahí, que es hermosa”, valoró.
“Fue un gran cable a tierra para mí este año, realmente, porque lo disfruté mucho y esto, como te decía antes, estar lejos de casa no es nada fácil y llegar a un lugar donde disfrutás y conectás con gente que quizás esta en la misma situación que vos, o quizás no, pero que te puede mostrar su cultura y compartir su cultura, realmente me cambió el año, fue muy importante y hermoso”, cerró.
Por Manuel Carreras