Días atrás, el contador Daniel Tonso, consejero zonal de Banco Credicoop, estuvo en la sucursal Firmat brindando una charla titulada “Cooperativismo: historia, vigencia y perspectivas económicas”.
Antes de la actividad, El Correo dialogó con Tonso para tener el pulso de la mirada que tiene la entidad crediticia cooperativa del presente del país y las perspectivas de lo que puede acontecer en el futuro.
-¿Cuál es la lectura del presente económico y social que hacen desde el sector cooperativista?
-Desde el cooperativismo vemos con preocupación las acciones de un gobierno cuyo plan económico se basa en un equilibrio fiscal que le permita hacer frente a los interese de la deuda con el FMI como principal objetivo relegando al gasto social y a la obra pública. El retiro paulatino de los subsidios provoca una situación social que refleja el deterioro de la cuota de bienestar de las personas. El crecimiento de la pobreza la marca el último dato del INDEC que ha llegado al 52.9% de la población cuando en Argentina se produce alimentos para 400 millones de personas y hay 24,3 millones de pobres.
-¿Qué es lo que más les preocupa?
-Lo más preocupante es que con este modelo de apertura económica, con un salario real que va perdiendo poder de compra, con una actividad económica en constante contracción que excluye asalariados del sistema, se va a ir profundizando la crisis para el sector de las PYMES y si bien se va allegar a disminuir el índice de inflación (creado en gran parte por este mismo gobierno con la devaluación de diciembre 2023) se producirá un constante deterioro en la actividad económica, disminución de la capacidad instalada industrial, deterioro en los salarios y más perdidas de empleo. Esto ya pasó en Argentina en los 90.
-¿Cómo consideran que puede plantearse una salida a las actuales problemáticas?
-Nuestra propuesta cooperativa del Instituto Movilizador de Fondos Cooperativos (creada en 2002) nos planteaba para refundar la Nación un proyecto económico con un fuerte mercado interno, con un estado presente protegiendo la industria nacional (aranceles), con un fuerte desarrollo industrial que permita la sustitución de importaciones y por ende la creación de empleo (si producimos heladeras, cosechadora, juguetes, celulares etc creamos puestos de trabajo y dejamos de pagar salarios extranjeros dentro del precio de esos productos), con un salario real que supere a la inflación y que permita incrementar el consumo de los argentinos que es la puesta de ese circulo virtuoso que genera mas actividad económica, mas empleo y más consumo. Es decir, todo lo contrario a lo que se está implementando hoy en nuestro país.