Este miércoles 18 de diciembre se cumplen dos años de la inolvidable Copa del Mundo de Qatar 2022. En una entrevista exclusiva para la edición gráfica de El Correo, Walter Samuel habló con el encargado de deportes, Franco Camiscia, sobre todo lo vivido en los últimos años. Su fuerte vínculo con Firmat y el futuro de la Selección Argentina de Fútbol.
Walter Samuel, uno de los futbolistas más emblemáticos de la historia del fútbol argentino, creció en el barrio Nadal de Firmat, la ciudad que lo vio jugar con la pelotita en la vereda. En su infancia en Argentino era delantero, pero el tiempo y su formación en las divisiones inferiores de Newell´s lo convirtieron en defensor central, posición en la que cosechó grandes logros.
Apodado El Muro por su solidez en el campo, Walter tuvo una carrera extraordinaria, que lo llevó a jugar en los clubes más importantes del mundo: Newell’s Old Boys, Boca Juniors, Roma, Real Madrid, Inter de Milán y Basel. También formó parte de la Selección Argentina, tanto en la mayor como en la juvenil.
Con una trayectoria repleta de títulos, entre los que se incluyen la Copa Libertadores con Boca Juniors, la Champions League con el Inter y el Mundial Sub 20 de Malasia en 1997 con la selección juvenil, Samuel ha dejado una huella imborrable en la historia del fútbol como futbolista. Una huella que sigue creciendo y llegando a lugares increíbles, ahora, siendo parte del cuerpo técnico de Leonel Scaloni, que se consagró campeón del Mundo en Qatar y bicampeón de América. De todo esto y un poco más, Walter habló con Franco Camiscia, el encargado de deportes de El Correo.
-F.C.: Walter, ¿cómo vivís este momento histórico para el fútbol argentino y para vos?
-W.S.: La verdad que lo vivimos con tranquilidad, al mismo tiempo estamos muy felices por lo que se logró y por cómo siguen compitiendo los muchachos. También, lo que se generó con la gente, el entusiasmo que provocó el equipo, eso nos da muchísima alegría y orgullo.
-¿Habías soñado con lograr todo lo que consiguieron en tan poco tiempo?
-Sí, diría que sí. No sé si alguien lo creería, pero haber logrado en seis años lo que se logró no era fácil. Fue algo gratificante, no solo para mí, sino para todo el cuerpo técnico, para los jugadores, para todos los que trabajan en la AFA, para la gente. Haber vivido tantas alegrías fue espectacular, y esperemos que todo esto continúe. Sabemos que los jugadores tienen hambre de competir y lo van a seguir haciendo.
-¿Cuáles son las razones por las que este grupo consiguió todo lo que consiguió?
-Es un grupo muy unido, humilde. A pesar de los títulos, siguen con las mismas ganas y el mismo hambre de ganar cada partido. Se siguen enojando si pierden, y creo que eso no lo van a perder. Eso es una fuerza. La competitividad interna también es otro punto importante; eso ayuda a mantener la intensidad alta tanto en los entrenamientos como en los partidos, y eso lleva a seguir ganando o, al menos, a seguir compitiendo, lo que mantiene a la gente entusiasmada con esta selección.
-Después de haber conseguido cosas tan grandes, ¿qué desafíos vienen ahora en tu vida profesional?
-No me he detenido mucho a pensar en lo que viene en mi vida profesional. Estoy dentro de un cuerpo técnico con el que me llevo muy bien, aunque en los partidos hay tensiones, los vivimos de una manera especial. Nos llevamos muy bien y somos muy unidos. Por ahora, me encuentro muy bien en el lugar donde estoy, y no estoy mirando tan adelante. Estoy contento con el cuerpo técnico y con toda la gente que trabaja en la AFA.
-La Scaloneta creó un estilo dentro y fuera de la cancha. Llegaron a la cima del fútbol y no perdieron la humildad ni el perfil bajo. ¿Cómo lo hicieron?
-Creo que siempre tuvimos, tanto los jugadores como nosotros, un perfil bajo y lo seguimos manteniendo. Somos auténticos. No lo hacemos para agradar a nadie, lo hacemos porque lo sentimos de esa manera. Sabemos que haber ganado no nos da derecho a ser maleducados o tratar mal a alguien. Es solo fútbol, y aunque tuvimos muchas alegrías, eso no nos lleva a creernos más que nadie. Por eso tratamos de mantener la calma, de vivir las cosas sin exaltarnos demasiado cuando se gana y sin hundirnos cuando se pierde. Es un equilibrio.
-¿Qué te genera pensar que aquel niño de Barrio Nadal, al que le apasionaba jugar al fútbol, se convirtió en el firmatense más reconocido a nivel mundial?
-No lo tengo tan claro. Siempre viví el fútbol y me gustó jugar desde chico. Ahora, estar de este lado me genera mucha satisfacción. La pasión que tengo por el fútbol es lo que hace que la gente me conozca, y voy muy orgulloso cuando nombran a mi pueblo y dicen que soy de ahí. No sé qué decirte, pero me pone contento. En Firmat la gente me quiere mucho, cada vez que voy me saludan, me aprecian, y para mí eso vale más que cualquier cosa. Que me quieran o me respeten de esa manera es el premio más grande.
Por Franco Camiscia