Desde hace años, Isabel Martínez y un grupo de colaboradores llevan adelante el Merendero Esperanza y alimentan a decenas de niños y niñas de barrio Fredriksson.
A la labor fundamental de darle de comer a los chicos de la barriada, el merendero suma otras propuestas que apuntan a darle herramientas educativas.
Desde el mes de julio, un grupo de jóvenes de Rotaract empezó a brindar talleres de computación para introducir a los pequeños en el manejo de PC y el uso responsable de internet.
A raíz de esta propuesta, los talleristas detectaron que hay niños y niñas que necesitan asistencia escolar y próximamente comenzarán talleres vinculados fundamentalmente a lengua y matemática.
Vale destacar que la empresa Pampacom está acompañando el proyecto con los equipos tecnológicos, que son fruto de un ANR (Aporte No Reintegrable) otorgado por el Enacom durante el gobierno nacional de Alberto Fernandez.
Por Mariano Carreras