El Correo dialogó con las psicólogas Elisa Cocitto y Gabriela Pellegrini, ambas pertenecen al equipo municipal que lleva adelante Preventores. “El suicidio es un problema multicausal y se puede prevenir en la mayoría de los casos. Es importante estar atentos a las señales de sufrimiento en las personas, especialmente en adolescentes, y brindarles apoyo y atención adecuada”, plantearon.
La pandemia generó importantes daños en la salud mental de muchas personas. El miedo, la incertidumbre, las pérdidas y el distanciamiento aumentaron una serie de malestares psíquicos que empezaron a percibirse con mayor notoriedad cuando terminó el aislamiento.
Actualmente, los profesionales que abordan estas patologías tienen en sus consultorios una alta demanda de pacientes. En ese marco, emerge un tema que siempre existió pero que claramente se agudizó recientemente y está afectando mayormente a adolescentes y jóvenes: el suicidio.
Para abordar el tema de manera responsable, El Correo dialogó con dos psicólogas firmatenses, Elisa Cocitto y Gabriela Pellegrini, que pertenecen al equipo municipal que lleva adelante Preventores, un espacio creado para trabajar con adolescentes temáticas sensibles como consumos problemáticos, violencia y otros temas sensibles como el suicidio.
“En pandemia elevamos un informe a Provincia y a Nación, porque habíamos hecho un análisis de las posibles consecuencias que podía traer el cierre de espacios de encuentro tanto a niños como a adolescentes. Allí una de las cuestiones que planteamos fue el desequilibrio que esta situación podía ocasionar en la salud mental de las personas, fundamentalmente de los más jóvenes”, explicó Elisa Cocitto.
Por su parte, su colega, Gabriela Pellegrini, planteó que “el suicidio existió siempre y es algo de lo que tenemos que hablar. Muchas veces cuando hay un suicidio, muchos se preguntan qué le pasó, dejó una carta. Hay que saber que el suicidio es multicausal, no hay una causa sola que lleva a una persona a determinar este fin”.
“Sabemos que la persona que llega a esta situación, salvo en situaciones específicas, no es algo impulsivo, no es algo de un momento para el otro, salvo en ciertas situaciones o en ciertos trastornos o en cierta estructura psíquica, pero en lo corriente es algo que se medita mucho y tiene que ver con el corte del sufrimiento, de un padecimiento que viene trayendo desde hace mucho tiempo”, plantearon las profesionales.
La persona que se suicida “no quiere morirse, sino que intenta terminar con el sufrimiento, con su padecimiento psíquico, con esta tormenta emocional que siente”, detallaron las profesionales miembros de Preventores, las cuales indicaron que es un padecimiento que es “histórico en el sentido de su historia de vida, de sus vinculaciones, de su estructura, de sus problemáticas. Son muchas las cuestiones que llevan a una persona a esta decisión”.
En este marco, un dato alentador es que está comprobado que en el 90% de los casos se puede prevenir.
Estar alertas
Cocitto y Pellegrini estimaron que hoy se “triplicaron las situaciones de chicos que están sufriendo, de jóvenes que están sufriendo y que tienen intentos o tienen ideaciones suicidas. Lo importante es que esa persona pueda tratar de comentarlo, de hablarlo con algún profesional porque un profesional puede ayudarlo. También es importante que la familia esté atenta a las pequeñas cosas, que no descarte o que no diga que es algo que no tiene importancia o que es cosa de chicos. Y es importante estar atento a lo que a ellos les llaman sufrimiento”.
Mitos
En los talleres que realizan uno de los temas que abordan son los mitos existentes en relación al suicidio.
“Hay mitos que se repiten y que son muy peligrosos. Uno de esos mitos es si lo avisa no lo hace. Y en realidad, si lo está avisando, está manifestando un sufrimiento y tenemos que estar atentos. Si la persona está diciendo que no quiere vivir más o que se quiere morir o que está muy cansado, que no da más o tiene conductas como pasar mucho tiempo solo o encerrado o al contrario si se muestra muy exaltado, estamos hablando de que hay una joven que está sufriendo y hay que estar atentos, no subestimar esas señales”, aseguraron Pellegrini y Cocitto.
“Hay que hablar de suicidio, pero hay que hablar con respeto y con conocimiento del tema. Hablando podemos prevenir, y lo observamos, poder hablar directamente del tema del suicidio habilita a quien esté sufriendo pueda manifestar esto y poder ayudarlo, pero tenemos que hablar desde el conocimiento y con respeto de esta temática”, finalizaron las profesionales en salud, quienes manifestaron que este año solo pudieron trabajar con los estudiantes del Instituto Virgen de la Merced, pero esperan el año próximo acceder a hacerlo en todas las escuelas secundarias de la ciudad.
Por Mariano Carreras
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