Me pasó algo curioso: mientras leía una nota sobre una importante publicación científica argentina, me encontré con un concepto que no conocía, aunque no era el tema principal de la investigación. Se trata del paleoecuador, un término que me llamó la atención y me llevó a investigar más. En esta nota, te comparto lo que descubrí.
Este mes, la ciencia argentina volvió a captar la atención mundial con un descubrimiento que valió la tapa de la prestigiosa revista científica Nature. El hallazgo de un fósil permitió a los científicos proponer que la vida en la Tierra pudo haber salido del medio acuático mucho antes y en climas más fríos de lo que se pensaba. Aunque este estudio ha generado un gran revuelo y ya se ha hablado mucho sobre él, hoy quiero enfocarme en un concepto interesante que la lectura de esa publicación me llevó a conocer: el paleoecuador.
En 2024, si encontramos un fósil en Canadá, nuestra primera reacción sería asumir que ese organismo vivió en un clima frío. Después de todo, cuando pensamos en Canadá, nos vienen a la men-te imágenes de paisajes cubiertos de nieve y animales adaptados a temperaturas bajo cero. Sin embargo, la realidad es mucho más compleja de lo que parece: hace millones de años, la geografía del planeta era radicalmente diferente a la actual. Un fósil descubierto en latitudes tan al norte como Canadá podría, de hecho, pertenecer a una especie que habitaba en una región tropical cálida. ¿Cómo es esto posible?
En primer lugar, es crucial recordar que las regiones cercanas al ecuador terrestre suelen tener climas más cálidos, mientras que las que están más alejadas, tanto al norte como al sur, experimentan climas más fríos. Esto se de-be a que, en promedio, el calor del Sol pega más directamente sobre el ecuador que sobre los polos.
Ahora bien, hace unos 300 millones de años la distribución de los continentes no era como la actual. Todos los continentes actuales estaban unidos en un supercontinente llamado Pangea. Con el tiempo, este supercontinente comenzó a fragmentarse, y sus partes se desplazaron hacia las posiciones que ocupan ahora, un proceso conocido como deriva continental, impulsado por el movimiento de las placas tectónicas.
Antes y durante esta lenta migración, regiones de Canadá que, hoy son frías y boreales, estuvieron muy cerca del ecuador. Esto significa que, hace millones de años, lo que hoy es Canadá estaba mucho más al sur de su posición actual, posiblemente en un clima subtropical o incluso tropical. Las especies que vivían en esa región, por lo tanto, estaban adaptadas a ambientes cálidos, no fríos.
El concepto de paleoecuador se refiere precisamente a la antigua línea ecuatorial de la Tierra en diferentes momentos de su historia geológica. A medida que los continentes se movieron, la posición de esta línea fue cambiando de lugar. Una región que hoy está cerca de los polos podría haber estado cerca del ecuador en el pasado, disfrutando de un clima tropical, y viceversa.
Este fenómeno explica por qué podemos encontrar fósiles de plantas tropicales y animales en lugares que ahora son fríos.
El reciente descubrimiento por científicos argentinos ofrece un ejemplo perfecto de cómo el concepto de paleoecuador puede cambiar nuestra comprensión de la historia climática de la Tierra. El fósil que descubrieron y que les valió la tapa de Nature, lo encontraron en Namibia, un país africano que hoy en día se encuentra cerca del ecuador. Pero la datación del fósil encontrado allí demostró que, cuando ese organismo vivió, Namibia estaba mucho más al sur, lo que implica que el clima en esa región era mucho más frío de lo que es ahora.
Este hallazgo desafió un concepto de orden biológico (la salida del agua de los vertebrados), pero a mí en lo personal me desafió en un orden físico, mostrándome que la historia climática de nuestro planeta es mucho más dinámica y compleja de lo que podríamos imaginar.
Por Bernardo Bazet Lyonnet
(Lic. en Biotecnología)