Durante la Guerra de Malvinas, Norma Lafuente y otros vecinos de Firmat se daban cita en la Estación de Cora (Miguel Torres) para acompañar el paso de los colimbas de Corrientes, Entre Ríos y Chaco que el tren conducía rumbo al sur. Les obsequiaban revistas, alimentos, cigarrillos, golosinas y rosarios.

Los encuentros eran a toda hora. Hombres, mujeres y niños esperaban junto al andén. Les brindaban aplausos, abrazos y elementos que los ayudaban a soportar el frío y la distancia de un largo viaje con retorno incierto.

Al enterarse que a esos jóvenes no les permitían despedirse de sus familias, se ofrecieron para escribirles. En su breve paso por Cora los pibes le entregaban a los firmatenses nombre, dirección y lugar de origen.

Pocos días después, las cartas partían rumbo a sus aldeas natales. Al tiempo llegaban las respuestas. Generalmente, eran las mamás las que agradecían el gesto y plagaban las hojas con palabras, abrazos, caricias, lágrimas y esperanzas.

Norma atesoró todos esos mensajes y cada abril las saca de un cajoncito y las pone al sol. Así evita que la memoria no se amufe ni se ponga amarilla.

Por Mariano Carreras

Abrir mas artículos relacionados
Abrir mas en  Sociedad
Comments are closed.

Ver tambien

Liga Nacional de Básquet: 40 años no es nada y es un montón 

Pasaron 40 años. El 26 de abril de 1985 está grabado a fuego en la memoria deportiva de Ar…