Los números que se publicaron sobre la campaña de maíz surgen de un trabajo de clasificación de uso del suelo con imágenes satelitales que llevó adelante la Guía Estratégica para el Agro de la Bolsa de Comercio de Rosario.
“La georreferenciación de 2.100 puntos de diferentes coberturas en el área núcleo y su procesamiento en la plataforma de Google Earth Engine y el uso de imágenes satelitales del Sentinel-2, arroja una superficie maicera total de 1,947 M ha. Esto significa que se sembraron 564.000 hectáreas más de lo esperado en la región núcleo”, indicaron desde la BCR.
De acuerdo a los relevamientos previos a la campaña maicera, destacaron que no se notaba el nivel de aumento de área, pero sí había un fuerte entusiasmo por el cultivo que “bajo condiciones de alta productividad, el maíz es más accesible para alcanzar altos potenciales”, explicaron los técnicos. “La región núcleo sembró su mayor hectareaje de maíz. Descontando la superficie destinada a consumo animal y/o pérdidas (chicharrita), el área de maíz comercial (cosecha de grano) asciende a 1,6 M ha. La última siembra récord en nuestros registros fue la del ciclo 2021/22 con 1,94 millones de hectáreas sembradas”.
En las imágenes satelitales, la soja está de naranja y el maíz de azul. La presencia del cereal es muy fuerte en este ciclo 2023/24. La distribución muestra un claro patrón, casi como si hubiese una frontera que separa a la soja dominando hacia el NE y el maíz en el SO.
“El NO bonaerense (subzona IV) se destaca por el mayor incremento de superficie maicera interanual, con un aumento de área de 84 %. La reciente campaña era clave para el maíz, ya que debido a las condiciones de falta de agua durante el otoño, la superficie triguera había caído considerablemente y el maíz era la alternativa para compensar la presencia de gramíneas en la rotación”, explicaron desde la BCR.
Qué sucedió con respecto a la fecha de siembra del maíz, “en el ciclo pasado, la sequía provocó el dominio de las siembras tardías. Este año, la fecha de siembra maicera sufrió un fuerte retraso porque las lluvias regresaron a la región a partir de fines de octubre, cuando el cultivo suele sembrase en setiembre. Por eso, entre siembras de maíces tardíos y también lotes que se sembraron con maíz luego de cosechar el trigo, se implantaron 680.000 hectáreas, o sea el 35 %, cuando esta modalidad de siembra no suele pasar de un 5 a 8 % en la región”.
La llegada de la chicharrita cambió el promedio de rendimientos, ya que se esperaba un promedio de 103 quintales por hectárea con al menos 16,5 millones de toneladas. “El impacto es enorme, teniendo en cuenta que la chicharrita afecta solo a las siembras tardías. De esta manera, el ciclo 2023/24 de maíz termina con un rinde de 91 qq/ha y una producción de 14,5 millones de toneladas”, remarcó el informe.
Por Elías Ferreyra