Los dos primeros meses de 2024 dejaron un acumulado que en algunas zonas permitió recuperar reservas de humedad, tan escasas en los últimas campañas. Mientras tanto, otras zonas, la humedad sigue siendo escasa. Pero más allá de las últimas precipitaciones, abundantes en localidades puntuales, donde llegaron a los 266 mm, no lograron revertir los daños ocasionados por la fuerte ola de calor de finales de enero y comienzos de marzo.

En Firmat y alrededores, enero dejó un acumulado de 102 mm, con precipitaciones que se registraron entre el 6 y 16 de ese mes. Luego, a partir de la última de semana de enero comienza la ola de calor que cambiaría las proyecciones que se estimaban para la campaña gruesa 23/24. Las lluvias del segundo mes del año comenzaron a partir del 9 de febrero, momento en el cual finaliza la ola de calor. Si bien las precipitaciones llegaron a los 62 mm, el daño en los cultivos ya era irreversible. Durante la primera quincena se hubo otro evento de lluvias y 12 de febrero se registraron 36 mm. Las últimas precipitaciones se registraron durante le 23, 25 y 26 de febrero, dejando un total de 156 mm.

En cuanto al estado de los cultivos, el último informe de la Bolsa de Comercio de Rosario detalla que “a pesar de la recuperación de los cultivos tras las lluvias de febrero, no se pudo recobrar el rinde perdido por la intensa ola de calor que azotó a la región hacia fines de enero y principios de febrero. Hubo una mejora en la condición de la soja de primera en la última semana: subieron 15 puntos porcentuales los lotes entre excelentes y muy buenas condiciones, totalizando un 75 %; hay 22 % de lotes en buenas condiciones, pero sigue habiendo un 3 % de lotes en condiciones regulares”, indicaron desde la BCR.

Con respecto a la soja de segunda, “se percibe una mejora en las condiciones, con un 40 % de los lotes entre excelentes y muy buenos. Hay un 50 % en buenas condiciones y un 10 % regulares. El rinde promedio de la soja en la región está estimado en 36 quintales por hectárea”. Por otro lado, la condición del maíz tardío muestra que “hay lotes en que las lluvias cayeron unos días antes de la floración, por lo que se ven en mejores condiciones. En otros, las precipitaciones llegaron tarde y se empiezan a ver espigas muy afectadas con falta de granos por mala fecundación”, por otro lado, “los maíces tempranos pudieron sortear la ola de calor, ya que se encontraban en la última etapa de llenado de granos y las lluvias permitieron completar esa etapa. Se empiezan a ver los primeros lotes cosechados en la región”, informó la BCR.


Por Elías Ferreyra