José Luis Rossi, más conocido como el Piojo, es un referente del deporte en Chovet. Este año, en simultáneo, está a cargo de la dirección técnica de primera división de fútbol del Club San Martín y del voley del club Defensores, incluyendo la primera división. Además, da clases de educación física en la Escuela Secundaria.
La múltiple labor del profesor José Luis Piojo Rossi bien podría ser parte de un relato del periodista y escritor Osvaldo Soriano, que compuso parte de su literatura en base a los habitantes de pueblos perdidos en la Patagonia Argentina, que transitaban ficción y realidad en una línea difusa.
Desde hace años, el Piojo Rossi -como todos lo conocen en Chovet y la región- es el protagonista de su historia, la cual se articula con la historia de su comunidad, que este año le dio la confianza para que simultáneamente tenga una múltiple función: ser el técnico de primera de división de fútbol del club San Martín, ser el técnico de la primera de Vóley del Club Defensores y ser profesor de educación física de la Escuela Secundaria de la localidad, entre otras cosas.

En diálogo con El Correo Deportivo, el Piojo habló de su presente donde comparte la ardua responsabilidad de guiar en paralelo dos planteles de primera de división de dos disciplinas distintas.

– ¿Qué te motiva a trabajar en los dos proyectos en simultáneo?
– Me moviliza mi profesión (Profesor de Educación Física) y el hecho de seguir aportando a la contención de los jóvenes de Chovet, a través del deporte. Sabemos lo importante que son los clubes y el rol que desempeñan no sólo en lo deportivo sino también en lo social. Me gusta mucho mí trabajo y mientras tenga energía seguiré haciéndolo lo mejor posible para el bien de mí pueblo.
–¿Qué significa estar al frente de ambos planteles, en una localidad tan pequeña, con lo que representan ambos clubes para Chovet?
– Significa mucha responsabilidad, mucha dedicación y a la vez mucho trabajo. Se puede realizar porque tanto con el fútbol como con el vóley, tengo un cuerpo técnico que me asiste. En fútbol me asisten Víctor Ludueña, Javier Verdinelli, Román Molinero y Lorenzo Molinero, mientras que en vóley me asiste Cintia Pacheco.

-¿Cómo te repartís los días de entrenamiento?
–Vóley hago lunes, jueves y sábado, mientras que fútbol martes, miércoles y viernes, los fines de semanas vemos cómo toca y en base a eso lo desglosamos juntos a los dos cuerpos técnicos.
–Este año, el proyecto de vóley de primera tiene como valor agregado la posibilidad de dirigir a dos jugadores de primer nivel que son oriundos de Chovet, Federico Franetovich y Mateo Bozikovich, que vuelven a su pueblo para jugar en el club que los vio nacer.
– Para mí es normal, tanto a Mateo como a Fede los tuve desde mini vóley, son grandes jugadores, los dos con mucho recorrido. Me la hacen muy simple, hablamos el mismo idioma, es un placer enorme que puedan estar otra vez en Chovet.

-¿Qué te gusta más en este ámbito, el fútbol o el vóley?
-Los dos deportes. Siempre me dediqué a esto, me especialicé en los dos, apenas me recibí de profesor me dediqué a realizar el curso de Técnico Nacional de Fútbol y de Vóley, todo en la ciudad de Rosario.
-¿Cómo hacés para conjugar tantas horas de trabajo con la vida familiar?
-Mi familia está acostumbrada, es una profesión sacrificada porque los fines de semana no estás, pero hace mucho tiempo que lo hago y ya se hizo parte de una forma de vivir.
-¿Un sueño a realizarse en este 2024 dentro del plano deportivo?
-Que sea un gran año, que estemos a la altura de las circunstancias, estamos al frente de dos grandes instituciones del pueblo que se merecen lo mejor de nosotros.

-¿Un mensaje tanto para la gente de Defensores como para la gente de San Martín?
-Que apoyen al deporte del pueblo, que se hace todo a pulmón, con un gran esfuerzo. Para nosotros es muy importante que haya más apoyo desde todos los sectores, solo unos pocos apoyan a las instituciones. Lamentablemente es así, se podría estar mucho mejor, desde mi lugar, mi lema es “doy más de lo que me corresponde”, así me maneje siempre, sin mirar al costado, así soy y seré.

Por Franco Camiscia