
Días atrás, mi hermana menor me manda en un mensajito de texto que le parecía interesante saber sobre vendajes antes de los entrenamientos y/o partidos, por lo que me di cuenta que hay muchos deportistas que lo utilizan sin saber cómo, cuándo, por qué, de qué forma y dónde.
Como primer nota del 2025 me propuse investigar sobre el vendaje deportivo y compartir con ustedes lo que encontré partiendo de la pregunta ¿Realmente nos protegen de lesiones o es solo una costumbre sin fundamento?

El “vendaje funcional” (como verdaderamente debe llamarse) es una técnica común en el mundo deportivo, utilizado principalmente para prevenir lesiones en articulaciones como el tobillo y muñeca. Su objetivo es limitar movimientos que podrían lastimar, sin restringir demasiado la movilidad.
Un estudio de Lendoiro Couto (2017), publicado por la Universidad Da Coruña, analizó la eficacia del vendaje funcional en la prevención del esguince de tobillo en deportistas sanos. Los resultados sugieren que el vendaje es una herramienta útil en la prevención del esguince de tobillo en deportistas sanos, debido a sus efectos positivos sobre la propiocepción del tobillo, el control postural y la limitación del recorrido articular. Sin embargo y lo repito en mayúsculas y negritas… Sin embargo se observó que esta efectividad puede verse comprometida tras períodos de actividad física superiores a 30 minutos.

Por otro lado, les cuento que investigué sobre el vendaje funcional de la muñeca, aunque hay menos estudios concretos, se sabe que dicho vendaje puede ofrecer soporte y reducir el riesgo de lesiones en deportes que implican movimientos repetitivos o cargas significativas en esta articulación, como el vóley, gimnasia artística, levantamiento de pesas o tenis. Básicamente el vendaje ayuda a limitar movimientos excesivos que podrían llevar a lesiones, permitiendo al mismo tiempo una funcionalidad adecuada.
Amén de lo que les conté hasta acá, es importante tener en cuenta que la efectividad del vendaje puede disminuir con el tiempo debido a factores como la sudoración y la intensidad de la actividad física. Por lo tanto, es esencial que la aplicación del vendaje sea realizada por profesionales capacitados y que se realicen ajustes o reemplazos según sea necesario durante la actividad.

No es menor dato que, algunos atletas sienten que el vendaje les brinda mayor confianza y estabilidad, lo que podría mejorar su rendimiento. No obstante, la evidencia científica sobre este aspecto es limitada, y en algunos casos, los beneficios pueden deberse más a un efecto placebo (lo cual hay que hacer uso de eso) que a una mejora real en el rendimiento.
Para ir cerrando, es fundamental recordar y ser conscientes de que el vendaje debe ser una herramienta complementaria a otras estrategias de prevención y rehabilitación, como el fortalecimiento muscular, el entrenamiento propioceptivo y la técnica deportiva adecuada. No debe considerarse una solución única, sino parte de un enfoque integral para la salud y el rendimiento deportivo.
En resumen, el vendaje deportivo, cuando se aplica correctamente, puede ser útil tanto para prevenir lesiones como, potencialmente, para mejorar el rendimiento. Sin embargo, su uso debe ser individualizado y supervisado por profesionales de la salud y el deporte, asegurando que forme parte de una estrategia integral que incluya otras medidas preventivas y de fortalecimiento.
Los invito a armar un debate con la siguiente pregunta, ¿ponerte un vendaje antes de entrenar te ayuda o es puro mito? Para mí, la respuesta es que puede ayudarte, pero no es una solución mágica. Es una herramienta más en el arsenal de un atleta consciente, que debe usarse junto con otras prácticas saludables y bajo la guía de profesionales.


Por Juan Andrés García
(Profesor Nacional de Educación Física)