La ola de calor que se instaló hacia fines de enero y principios de febrero, impactó de manera negativa en los cultivos y ya no habrá una super cosecha. De acuerdo a un trabajo elaborado por Cristian Russo, de la Bolsa de Comercio de Rosario, señala que se cosecharán dos millones de toneladas menos de maíz con respecto a la estimación de enero. También habrá números negativos en soja.
“Entre 2010 y 2020, Argentina habría superado la valla de 50 millones de toneladas de producción en soja en siete oportunidades. Desde 2020 en adelante, este ciclo 2023/24 se presentaba con la oportunidad de superar ese nivel. Lamentablemente, en virtud de la condición del cultivo la primera estimación realizada apunta a una cantidad por debajo de lo esperable en las primeras proyecciones, calculándose ahora la posibilidad de obtener 49,5 millones de toneladas”, detalla el informe.
Las proyecciones que se estimaban durante diciembre de 2023 y la primera quincena de enero 2024 eran muy alentadoras y ya se hablaba de una cosecha récord, teniendo en cuenta que la campaña anterior había sido afectada por una sequía histórica y los rendimientos marcaron un récord negativo. “Pero a partir del 17 de enero se instaló una ola de calor muy larga y severa que dio vuelta el escenario. Además, ocurrió en un momento muy sensible de la soja de 1ra que forzó el aborto de chauchas. Si se compara esta estimación con la proyección de principios de enero, el deterioro de los cultivos llevó a un fuerte recorte de 2,5 Mt. Este recorte no ha sido mayor gracias a las lluvias claves que cayeron entre el 7 y el 14 de febrero”, añade el informe de la BCR.
Para la soja de segunda, la situación fue más compleja. “El golpe de calor ha dejado daños generalizados en la región pampeana: hubo caídas en los rindes potencial del orden del 40 % a 60 % y numerosas áreas pérdidas que llevan a estimar un área no cosechable de 750.000 hectáreas”, señalan desde la entidad y agrega que hubo un ajuste en el área nacional de siembra de 100 mil hectáreas. “Con una superficie sembrada de 17,3 millones de hectáreas (8,3 % más que el año pasado) y un rinde promedio nacional de 29,9 quintales por hectárea, se estima la producción en 49,5 millones de toneladas (Mt). De esta manera, la nueva campaña superaría en 19,5 Mt al malogrado ciclo anterior (20 Mt)”.
La ola de calor también impactó en el maíz, “con un rinde de 76,9 qq/ha a nivel nacional, se prevé una producción de maíz 2023/224 de 57 Mt. El recorte es de 2 Mt respecto de la cifra estimada en enero. Al igual que en la soja, las expectativas al 17 de enero eran muy distintas; el ambiente de alta producción también hacía pensar en una excelente campaña maicera”.
Si bien faltan unos días para el comienzo de la cosecha de maíz, el informe repasa la situación del cultivo en tres puntos:
-En los maíces tempranos, que representa el 35 % del total sembrado, el golpe de calor amenaza con un adelgazamiento del peso del grano, lo que podría dejar pérdidas de 10 % a 15 % respecto del rinde esperado en las áreas más afectadas.
-En los maíces tardíos cuyas fechas de siembra situaron la floración en las semanas de la ola de calor, hay grandes niveles de daños, que llegan a superar el 50 % del rinde potencial y hay una gran incógnita respecto del resultado que pueda concretarse.
-En los maíces tardíos que se sembraron más tarde y lograron sortear esas semanas fueron beneficiados por las lluvias de la segunda semana de febrero. Sin embargo, es muy importantes que reciban nuevos aportes en los siguientes días para afirmar la recuperación y sostener el potencial de producción maicera 2023/24 que se estima.
Por Elías Ferreyra