Luego de siete años ininterrumpidos de dictadura cívico militar, el 30 de octubre de 1983, el Dr. Raúl Alfonsín se impuso en las elecciones presidenciales. De este modo, llegó a su fin un ciclo histórico plagado de sombras que dejó cruentas marcas en la historia de la Nación Argentina, la cual entre 1930 (año en que derrocaron a Hipólito Irigoyen) y 1983 alternó vertiginosamente entre elecciones y golpes de Estado.
En la portada de El Correo de Firmat del 3 de noviembre de 1983, primera edición luego de la histórica elección, dos títulos sobresalen: uno dice “Ganó el país”, en clara alusión al regreso de la democracia, y el otro se refiere al resultado electoral que tuvo como candidatos más votados en la ciudad a Raúl Alfonsín (Presidente) y Natalio Alfano (Intendente).


Según la crónica de este medio, “un acto comicial ejemplar vivió la ciudadanía firmatense, el domingo 30 de octubre, que ha de quedar grabado de forma imperecedera por la corrección y verdadero fervor que demostró el votante, tanto femenino como masculino”.

La nota señala que el 93% del padrón asistió a votar e indica que ese porcentaje “da la pauta que nadie quería dejar de expresarse con su voto” y plantea que “esta inyección de democracia demuestra que a pesar de la escasa práctica que poseía una gran mayoría del electorado, supo hacerlo con valentía”.
Un planteo siempre vigente
Bajo el titular “Ganó el país” se leen conceptos plagados de vigencia tales como: “La democracia si comenzamos a convivir entre gobierno y oposición, si realmente se pone en práctica la periodicidad en los cargos gubernamentales, si vivimos en el marco de la constitución”.
“Con el acto comicial se inicia una nueva república, ahora depende de nosotros, ser actores y no simples espectadores. Participar en pos de la comunidad, no adoptar la conducta de critica solamente”, relata el artículo ubicado en la portada del 3 de noviembre.

“La premisa debe ser: construir, juntarnos con el objetivo de una valedero desarrollo de la democracia”, puntualiza el escrito, que 40 años después sigue siendo vigente.
Natalio Alfano
En marzo de 2013, meses antes de su muerte, El Correo dialogó con Natalio Alfano, el hombre que fue intendente de Firmat entre 1983 y 1991, el firmatense que los vecinos eligieron para gobernar la ciudad cuando terminó el último gobierno de facto y retornó la democracia.
“Cuando llegó la Junta Militar se eliminaron los partidos y no permitían reunirse. Estaba todo intervenido. Con la vuelta de la democracia me presenté con el PDP, partido al que pertenecí hasta mi primera gestión, y fui electo”, relató Alfano, quien por entonces tenía cincuenta y cuatro años y un importante apoyo popular.

Movilizado por los principios de Lisandro de la Torre, Alfano empezó a militar en 1957. Sus inquietudes políticas se vieron afectadas en varias oportunidades por sucesivos golpes de Estado. En 1983 se presentó como representante del PDP y obtuvo 4097 votos. Detrás de él se ubicaron Aldo Bellón (1614), Luis Méndez (1109), Héctor Poeylaut (1053), Alejandro Real (882), Jorge Dupuy (156), José Cirilo (125) y Luis Cardozo (41).
“A mí la gente me conocía desde hacía años porque yo andada por los barrios. Para mí todos eran iguales. Por eso volvieron a elegirme en el 87”, relató el ex Intendente, quien aseguró que nunca tuvo “problemas” con los demás candidatos, aunque confesó que no se llevó bien con el Concejo Municipal, fundamentalmente, con los ediles de su partido de origen: el PDP.
Consultado acerca de cómo se vivió la transición democrática en Firmat, Alfano manifestó: “En ese momento la gente de Firmat no notó mucho el cambio. Ahora hay una visión distinta” pero en ese tiempo las cosas se dieron con serenidad. “Firmat era una ciudad muy tranquila”, opinó el hombre que a partir del ´87 se alejó del partido demócrata y creó el Movimiento Vecinalista.
En la nota, el ex Intendente admitió que tenía mayores esperanzas sobre la democracia. “Cuando Alfonsín llegó al gobierno tenía mucha fe pero después hubo cosas que no me gustaron y perdí la esperanza de que algunas cosas mejoren”, dijo.
Entre las satisfacciones de sus años de gobierno mencionó la apertura de la escuela de barrio La Patria y la llegada del gas natural, entre otras gestiones.

Por Mariano Carreras